''El
anticucho como tal, tiene sus orígenes en el Imperio Inca, cuando era preparada
con carne de llama. Ya en la época colonial, se preparó tal y como se come hoy:
Corazón de Res. Los españoles cambiaron el estilo de preparación y lo sirvieron
ensartando en palitos los corazones a modo de brochetas.
En esa
época, los españoles desechaban cualquier cantidad de vísceras y le daban como
alimento a los esclavos. Ellos mismos crearon la receta actual del anticucho,
pues nació con la necesidad de tener un plato atractivo, de buen aspecto y con
un mejor sabor. Los esclavos usaron específicamente el corazón de res, tal y
como se prepara en la actualidad en el Perú.
Tanto en
fiestas religiosas como el Señor de los Milagros o Santa Rosa de Lima, y en
eventos deportivos o sociales, ver el humo y las lenguas de fuego que salen de
la parrilla, hacen que nuestros deseos por comer este tradicional potaje se
vuelva insaciable. Por suerte para los peruanos, el Anticucho ha servido
mantenerse en el tiempo y ganarse el ‘corazón’ del exigente público
consumidor''.